“¿Me puedes contestar como amiga y no cómo psicóloga, por favor?”

Querida tribu,

Este es el primero de 5 mails que te irán llegando semanalmente de parte de todo el equipo educador del Programa de Acompañamiento Emocional.

Leerás y escucharás diferentes voces, estilos y perspectivas de 5 maravillosas mujeres, espero que te sea de utilidad para despertar tu consciencia y aprender a ser una mejor acompañante emocional.

Me toca empezar con esta serie de mails, así que… déjame te cuento sobre el día que una de mis mejores amigas me desenmascaró.

Corría el año 2005 (¿¿quéee?? ¿ya tiene 20 años de eso?) y yo estudiaba Pedagogía, acababa de hacerme amiga de Lucía, una de mis mejores amigas hoy.

Lucía, tengo que decirte, ha tenido una claridad emocional y cognitiva envidiable desde que teníamos 19 años, así que en el momento en el que me contó la primera crisis emocional que me compartiría en la vida, pensé “este es mi momento”.

Mientras hablaba, le sonreía con los brazos cruzados sobre mi pecho, asintiendo lentamente y esperando mi momento de brillar, digo hablar. Cuando terminó, suspiré y le dije algo que no recuerdo pero sí recuerdo haber citado alguna teoría del desarrollo y a algún autor psicológico relevante.

Lorena – me dijo con un tono que nunca he olvidado. No estaba enojada, estaba frustrada pero no levantó el volumen ni un decibel – ¿podrías contestarme como amiga y no como psicóloga, por favor?

Mi cara era un poema.

¿Qué me estaba diciendo?
¿No quería mi ayuda?
¿Para qué me contaba, entonces?
¿Me estaba regañando?
¿Estaba fallando como amiga, no sólo suya sino de todas las generaciones futuras?

Mientras me hacía todas esas preguntas en la cabeza, sentí una taquicardia súbita apoderarse de mí, las manos me empezaron a sudar y entorné los ojos confundida.

Finalmente, cuando terminé de escanear su cara y no vi señales de ataque o ira, sonreí derrotada y pude susurrar:

No sé cómo hacer eso

Cinco palabras salieron de mi boca.

Y me sentí derrotada.

Era la primera vez que alguien me hacía notar que mi “ayuda” podía ser, si no la usaba correctamente, una máscara para agradar y ser aprobada en vez de una acción amorosa y de conexión genuina.

Esa sensación de “No sé quién soy si no estoy ayudando” se la he escuchado a tantas personas en los últimos años, que quiero desmenuzarla para que tú y yo aprendamos más sobre las trampas en las que podemos caer al ayudar desde el lugar incorrecto.

Hoy tengo clarísimo de qué estaba hecha la máscara que Lucía me quitó ese día, y te lo quiero contar por si quieres hacer un ejercicio de honestidad y te identificas.

No sabía escuchar, sabía preparar argumentos y esperar mi turno para brillar con la aportación de la sabia que quería que todos vieran en mi.

No sabía sentir con ella lo que le estaba doliendo, sabía bloquear mi emotividad para darle consejos, tips y teorías que podrían explicar lo que estaba sintiendo.

No sabía estar para ella, estaba buscando soluciones a su problema sin ni siquiera entender lo que significaban y las implicaciones que tenían para su vida.

No tenía en mente generar un vínculo nutritivo mutuo, quería ayudarla para que validara mi inteligencia, mi elocuencia y mi interés por ella.

Ahora que lo leo todo en conjunto me da un poco de tristeza porque veo a esa Lorena queriendo ser querida, reconocida y también realmente ayudar de corazón aunque desde el lugar equivocado.

Pero me da mucha paz y me ayuda a comprenderme el saber que todo ese mecanismo se activaba a nivel inconsciente, como seguramente te pasa a ti.

Pensé que escuchar asintiendo, pensar en una respuesta inteligente y hacer una entrega maravillosa de mis pensamientos era suficiente.

Pero “ayudar”, la verdadera ayuda, no viene de las heridas ni del deseo de reconocimiento, viene como consecuencia del amor.

Como te amo, cuando me cuentas un problema o me pides ayuda de cualquier tipo me pregunto qué necesitas, y si yo puedo, quiero y me corresponde darte esa ayuda.

Me costó muchos años llegar a construir habilidades de escucha activa, aprender a estar presente con mis emociones incómodas sin fugarme mientras alguien que quiero está sufriendo, atestiguar con amor sin querer reparar porque no estás roto y buscar conectar contigo no por tus problemas ni por la ayuda que necesitas de mí, sino porque eres tú y quiero que estés bien.

Esas son enseñanzas de 20 años de una ayudadora crónica que después profesionalizó la ayuda, mira a lo que me dedico! Y hoy puedo decir con mucho orgullo que soy amiga de mis amigas, coach de mis coachees y que no me da miedo quitarme la capa de la “ayudadora” cuando no hace falta.

Mi anécdota termina con Lucía, que siempre ha sido una gran acompañante emocional, diciéndome:

Si sabes, puedes empezar por decirme lo que piensas sin citar ningún autor…

Soltamos una carcajada y así empezamos una relación que sigo contando entre mis más profundas bendiciones hasta el día de hoy.

Lo que quiero que sepas, amada persona del otro lado de la pantalla, es que ayudar se nos da bien a los empáticos y sensibles, a los muy perceptivos e inteligentes. Y que “ayudar” no significa solamente HACER, es todo un arte y hay que aprender a ser, a tener límites impecables y una claridad de intención profunda.

Diseñamos un programa para que aprendas a ayudar con integridad, con utilidad para otros y autocuidado para ti. Se llama “Programa de Acompañamiento Emocional”, te invito a checar la información aquí y, si te llama, puedes inscribirte desde hoy.

El próximo lunes leerás a Jessica mi amiga, mentora, cofacilitadora del Programa de Acompañamiento Emocional y de quien siempre aprendo a ser honesta conmigo, agarrar el toro por los cuernos y dar una solución eficiente y amorosa.

Espero que la disfrutes tanto como yo, que estoy flipando y honrada de poder dar este programa con un grupo tan maravilloso de personas.

Te mando un abrazo enorme.

Lore

“Tienes depresión”

  Decir que las herramientas emocionales me han salvado la vida, no es exageración.  Trigger warning (Aviso de temas sensibles): En esta carta, hablaremos de

Ver más »

💡 Aprende a acompañar emocionalmente a otros sin descuidarte a ti mism@.

Programa de Acompañamiento Emocional

Mayo, 2025

🔹 Herramientas de regulación emocional
🔹 Comunicación afectiva y efectiva
🔹 Métodos prácticos de acompañamiento

✨ Descubre el Programa de Acompañamiento Emocional y conviértete en una persona que sostiene, sin cargar.

¿Ya conoces el Programa de Acompañamiento Emocional?

Un programa para personas empáticas, sensibles, y con vocación de servicio; así como para quienes se vinculan de manera frecuente con otras personas y buscan tener más herramientas para ayudarlas sin quedar drenadas energéticamente en el proceso.